SWEET TIMES: ALGO MÁS QUE MOMENTOS DULCES


(y al fin empecé el blog!!)

   Un tiempo atrás estaba de viaje con mi novio en una playa. Habíamos estado todo el día recorriendo en auto y haciendo caminatas por lo que nos sentíamos agotados y como estaba atardeciendo decidimos hacernos un café en el hotel, preparar una merienda para reponer energías y bajar por una escalera de piedras hasta la playa. Mientras bajábamos los escalones había una pareja de personas mayores; el señor nos miró, sonrió y me dijo: “SWEET TIMES”. 



Desde aquel momento ya hace un poco más de tres años, pensé que iba a usar esa frase algún día para describir algo que realmente me gustara, algo tan especial como ese instante que mi memoria capturó; así que la guardé y la guardé hasta hoy que súper feliz la uso como título de mi blog.
   Hace un poco más de tres años me sentí la chica más suertuda de todo el mundo porque tuve la oportunidad de vivir una experiencia única: seis meses fuera de mi país. Ya sé que mucha gente lo hizo y lo sigue haciendo, pero para mí fue algo espectacular; una de esas cosas que creía que nunca me iban a pasar en la vida, pero sí, a veces esas cosas que uno pensaba imposible suceden y está buenísimo.
   La cuestión es que verdaderamente fui suertuda porque no es que tuve que ir a trabajar ni a cumplir grandes responsabilidades, sino que sólo acompañé a mi pareja (que sí iba a trabajar). Así que pedí permiso en el trabajo, hablé con mi familia y emprendí junto a él la aventura hasta hoy más increíble que haya vivido.
   Pero la idea de este post no es contar tooodo lo que hice en el viaje, cosa que haré quizás en otro momento, sino de compartir algunas reflexiones que surgieron mientras estaba allá.
   Me acuerdo que muchos me decían… ¿qué vas a hacer mientras tu novio trabaja?, ¡te vas a aburrir tantas horas sola!!; pero creo que soy una de esas personas que disfrutan a veces de estar sola. No me refiero que no me gusta tener personas con quienes compartir momentos, sino a que amo la tranquilidad de salir a caminar, de andar en bici, de conocer nuevos lugares y estar acompañada sólo de mis pensamientos.



   Así que imagínense cómo estuvo mi cabecita durante tanto tiempo pensando y pensando en todo lo que se pudieran imaginar.
   Y si… te das cuenta de un montón de cosas, o al menos eso me pasó a mí. Te das cuenta de cuán importantes son las personas que te rodean diariamente, no es que no lo supiera, sino que todo se potencia.
   Empezás a extrañar un montón de cosas que hasta quizás cuando estabas en tu ciudad te quejabas, y lo más importante, aprendí a disfrutar al máximo cada momento que iba viviendo, porque sabía que era único y que posiblemente no se repitiera.
   También pensás mucho en cómo va a seguir tu vida cuando vuelvas, entonces te ponés seria y empezás a hacer un balance mental de todo lo que dejaste, de qué cosas te hacían bien y cuáles no tanto; y te propones hacer cambios en tu vida y … pasaron tres años y recién ahora me estoy animando a comenzar a pensar en cambiar todo aquello que me propuse en esos momentos. Es que a veces no es tan fácil salir de tu zona de confort, y además soy muy vueltera jaja.
   Así que fue todo un proceso de experiencias espectaculares y de aprendizajes que todavía sigo vivenciando. Y de alguna manera llegué al día de hoy en que al fin empecé el blog!!!

Vicky

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